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Auxinas, giberelinas, citoquininas y otras hormonas del cannabis que posiblemente ni te suenen (y deberían hacerlo)

Auxinas, giberelinas, citoquininas y otras hormonas del cannabis que posiblemente ni te suenen (y deberían hacerlo)

Por: Contributor Cultura

Todos sabemos que las plantas de cannabis necesitan luz, agua, oxígeno y nutrición para desarrollarse. Todos estos factores se consideran extrínsecos y sin duda son importantes. Pero, ¿sabías que el crecimiento de las plantas también depende de factores intrínsecos? En concreto, de un tipo de sustancias químicas intercelulares, también denominadas reguladores del crecimiento, hormonas vegetales o fitohormonas. Y a continuación vamos a conocer más sobre ellas y a descubrir cómo puedes utilizarlas para potenciar tu cultivo de marihuana

Cultivar cannabis puede parecer como si estuvieras dirigiendo un espectáculo de la naturaleza: tienes que hacer malabarismos con las luces, los nutrientes, el pH del agua y un montón de otros factores. Sin embargo, un aspecto que a menudo pasa desapercibido es el sistema de hormonas que trabaja incansablemente bajo las hojas. Y es que tus queridas plantas tienen sus propios mensajeros químicos en miniatura (las hormonas) que las guían en cada paso de su desarrollo. Así que cuando piensas en las «hormonas de la planta de cannabis», estás viendo a los directores invisibles que orquestan el crecimiento de las raíces, la floración y todo lo que ocurre entre el nacimiento y la muerte de la planta.

¿Cómo actúan las hormonas del cannabis?

Más técnicamente, las hormonas vegetales (o fitohormonas) son moléculas de señalización química que, al igual que las hormonas en los animales, actúan en concentraciones extremadamente bajas, pero tienen un impacto profundo en prácticamente todos los procesos biológicos, coordinando y regulando desde el crecimiento y la división celular hasta la respuesta al estrés ambiental. Lo fascinante de estas moléculas es que no actúan de forma aislada; más bien, lo hacen como un sistema de comunicación interno que permite a la planta adaptarse y prosperar en su entorno.

Estas hormonas se producen en diferentes partes de la planta, como las raíces, los brotes o las hojas; y se transportan a través de los fluidos internos, como la savia. Una vez que llegan a su destino, interactúan con receptores específicos en las células para desencadenar una serie de reacciones bioquímicas. Este proceso puede activar o inhibir ciertas funciones celulares dependiendo del contexto y las necesidades de la planta. 

Por ejemplo, una hormona puede estimular el crecimiento de raíces en un momento determinado o inducir el cierre de los estomas para conservar agua durante una sequía. En esencia, las hormonas vegetales son los mensajeros internos que permiten a la planta tomar decisiones «inteligentes» sobre cómo crecer y sobrevivir.

Auxinas, giberelinas, citoquininas y otras hormonas del cannabis que posiblemente ni te suenen (y deberían hacerlo)
Las hormonas vegetales del cannabis influyen decisivamente en el crecimiento, desarrollo y floración de tus plantas.

¿Cuáles son las principales hormonas en las plantas de cannabis?

Las plantas, incluido el cannabis, cuentan con un sistema hormonal extraordinariamente complejo donde seis clases de hormonas principales (aunque existen más) trabajan en conjunto como una orquesta perfectamente sincronizada, donde cada una cumple un papel único pero interconectado.

Si las auxinas pueden compararse con la batuta del director que marca el ritmo y guía a los demás instrumentos, las otras hormonas son los músicos que interpretan diferentes partes de esta sinfonía natural. Y para entender cómo podemos ayudar a nuestras plantas a alcanzar su máximo potencial, vamos a explorar el papel que juega cada una de ellas.

1. Auxinas, las arquitectas del crecimiento

Las auxinas son quizás las hormonas vegetales más conocidas, y con razón, ya que son las responsables de dirigir el crecimiento y la elongación celular, lo que las convierte en las «arquitectas» de la estructura de la planta, siendo fundamentales para la formación de tallos y raíces. 

Una característica interesante de las auxinas es su papel en la dominancia apical, un fenómeno por el cual la punta principal de la planta inhibe el crecimiento de los brotes laterales. Esto explica por qué una planta sin podar tiende a crecer verticalmente con una estructura más alta y menos ramificada. Sin embargo, cuando realizamos técnicas como el topping o despunte, eliminamos esa punta dominante y reducimos la concentración de auxinas en esa zona, lo que permite que los brotes laterales se desarrollen con mayor fuerza. 

También juegan un papel fundamental en el fototropismo. ¿Alguna vez has notado cómo tu planta de cannabis parece inclinarse hacia la fuente de luz en el alféizar de una ventana soleada? Las auxinas son las responsables de ese baile. Además, también son cruciales para el enraizamiento, razón por la cual muchos productos para esquejes contienen auxinas sintéticas para estimular el desarrollo radicular.

2. Giberelinas, las impulsoras del estiramiento

Las giberelinas son otra clase fundamental de hormonas vegetales que desempeñan un papel clave en el crecimiento vertical y la germinación de semillas. Son las responsables del famoso «estirón» que experimentan las plantas al entrar en la fase de floración. 

Cuando cambiamos el fotoperiodo para inducir la prefloración, las giberelinas se activan y provocan un rápido crecimiento en altura, algo especialmente evidente en variedades sativas, lo que puede ser tanto una bendición como un desafío para los cultivadores, dependiendo del espacio disponible para el cultivo. 

Por otro lado, estas hormonas también participan en la germinación de las semillas al romper su dormancia (su estado de reposo) y activar los procesos metabólicos necesarios para que comiencen a crecer. Si alguna vez has tenido problemas con semillas que no germinan correctamente (¡ya tardas en hacerte con nuestro germinador inteligente Sproutly!), es posible que esté involucrada una deficiencia en giberelinas. 

3. Citoquininas, las maestras de la división celular

Las citoquininas son otro grupo fascinante de hormonas que trabajan mano a mano con las auxinas para regular el desarrollo vegetal. Mientras que las auxinas promueven el crecimiento vertical y radicular, las citoquininas se encargan principalmente de estimular la división celular y fomentar el desarrollo de brotes laterales, por lo que son esenciales para crear plantas más frondosas y compactas, algo muy deseado por los cultivadores que buscan maximizar su producción en espacios reducidos

Además, estas hormonas tienen un efecto antienvejecimiento en las hojas al retrasar su senescencia, lo que ayuda a mantener la planta verde y saludable durante más tiempo. Algunos estudios sugieren incluso que las citoquininas pueden influir positivamente en la producción de tricomas, aumentando potencialmente los niveles de cannabinoides como thc o CBD.

4. Ácido abscísico (ABA), el guardián del estrés

El ácido abscísico (ABA) es una hormona menos conocida pero igualmente importante para el cannabis, ya que su principal función es ayudar a la planta a responder al estrés ambiental, como sequías o temperaturas extremas. Una de sus acciones más notables es inducir el cierre de los estomas (los pequeños poros en las hojas) cuando la planta detecta una falta de humedad, lo que reduce la pérdida de agua por transpiración y permite que la planta conserve recursos vitales durante condiciones adversas. 

Además, el ABA también regula procesos como la maduración de semillas y su dormancia, asegurando que solo germinen cuando las condiciones sean óptimas. En cultivos donde se busca estimular respuestas al estrés para mejorar la producción de tricomas o terpenos (como ocurre con técnicas como el déficit hídrico controlado), esta hormona juega un papel central.

5. Etileno, el mensajero de la maduración

El etileno es una hormona gaseosa que actúa como un mensajero químico que tiene un impacto directo en procesos como la maduración y senescencia. En el caso del cannabis, su influencia se nota especialmente durante las últimas etapas del ciclo de vida de la planta, donde ayuda a acelerar la maduración final de los cogollos al promover cambios fisiológicos en los tricomas y brácteas. 

También está relacionado con la caída natural de hojas durante la floración tardía, lo cual puede facilitar tareas como el secado y curado posterior a la cosecha. Algunos cultivadores creen que esta hormona podría influir incluso en el perfil final de terpenos y cannabinoides, al estimular ciertos procesos metabólicos durante la maduración.

Auxinas, giberelinas, citoquininas y otras hormonas del cannabis que posiblemente ni te suenen (y deberían hacerlo)
La vibrante actividad de los cloroplastos en una hoja iluminada por el sol.

6. Brasinoesteroides, los potenciadores reproductivos

Por último, pero no menos importantes, están los brasinoesteroides, que tienen una relación directa y crucial con el crecimiento de las plantas de cannabis, ya que son hormonas esteroides vegetales que actúan como reguladores clave en procesos relacionados con la división celular, la elongación de los tejidos y la resistencia al estrés. Y aunque no suelen ser tan mencionadas como otras hormonas vegetales, su papel es crucial en varios aspectos del proceso reproductivo.

Por ejemplo, los brasinoesteroides promueven el desarrollo y la diferenciación de las estructuras florales, lo que puede traducirse en una mejor formación de los cogollos y un aumento en la cantidad de flores por planta. También juegan un papel importante en la maduración del polen en las plantas masculinas, lo cual es esencial para la reproducción sexual del cannabis. Y una vez que ocurre la fertilización, participan activamente en el desarrollo y la maduración de las semillas.

Recuerda: ¡Las hormonas del cannabis también son tus amigas!

Entender cómo funcionan estas seis principales hormonas vegetales nos abre una ventana fascinante hacia los procesos internos del cannabis y nos permite trabajar mejor con nuestras plantas para optimizar su rendimiento. Este conocimiento puede marcar una gran diferencia en nuestros cultivos, desde ajustar técnicas como podas o estrés controlado hasta seleccionar productos específicos para estimular ciertas respuestas hormonales.

Así que si alguna vez te has preguntado qué hace posible que tu planta crezca tan vigorosa o produzca esos tricomas llenos de resina que tanto valoramos, ahora sabes que detrás está todo un sistema hormonal trabajando incansablemente para hacer realidad ese milagro verde llamado cannabis.

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