Técnicas de cultivo que pensabas que no se podían hacer con autoflorecientes

Las variedades de cannabis autoflorecientes han ganado popularidad en los últimos años debido a su ciclo de vida rápido y su capacidad para florecer independientemente del fotoperiodo. Sin embargo, a pesar de estas ventajas, existen ciertas técnicas de cultivo que se consideran inapropiadas o ineficaces para las autoflorecientes. Este artículo explora algunas de ellas y explica cómo, con la experiencia adecuada, se pueden aplicar para mejorar la calidad y el rendimiento de las genéticas automáticas.

Desde que irrumpieron en la escena del cultivo a principios de este siglo, las variedades autoflorecientes han recorrido un largo camino. Al principio, los cultivadores no las tomaban muy en serio; pero ahora mismo se han convertido en una forma viable y muy beneficiosa de producir cannabis. Con muchas incógnitas en torno a las semillas autoflorecientes, es difícil diferenciar los hechos de los mitos. Por eso, hemos elaborado una guía detallada sobre conceptos de cultivo erróneos que son comunes sobre este tipo de plantas.

Tradicionalmente, se aconseja no aplicar estas técnicas con variedades automáticas debido a su corto ciclo de vida. La teoría es que a las autoflorecientes no les gusta que las estresen, ya que deben volcar toda su energía en crecer y florecer de la manera más rápida posible. Por eso es recomendable ahorrarles cualquier tipo de preocupación que pueda ralentizarlas. Sin embargo, con la experiencia correcta, muchas de estas técnicas pueden ser muy beneficiosas.

¿Se pueden tomar esquejes de una autofloreciente?

Todas las plantas de cannabis pueden reproducirse mediante esquejes, incluidas las variedades autoflorecientes. Pero el proceso es bastante técnico y debe entenderse completamente si se espera tener éxito. Lo más importante es que los esquejes tendrán la misma edad que la planta madre cuando se clonen, por lo que si tu planta estaba floreciendo cuando cortaste los esquejes, es poco probable que obtengas mucho rendimiento o altura de estos.

Pero, debido a las propiedades de rápido crecimiento de las variedades autoflorecientes, existe una pequeña ventana de oportunidad para esquejar antes de que comiencen a mostrar el sexo, y es posible hacerlo. Sin embargo, no con la expectativa de aumentar el rendimiento, ya que esto es muy poco probable.

Los esquejes pueden permitir una rotación más rápida y eficiente en el cultivo, ya que generalmente crecen más rápido que las semillas. O utilizarlos para algún método de cultivo para optimizar el espacio, como puede ser el SOG (Sea of Green).

Las autos no necesitan un ciclo de luz de 24 horas

Todos sabemos que las autoflorecientes tienen una facilidad de cultivo única debido a que no requieren un período de oscuridad para florecer. Pero un error común es pensar que necesitan 24 horas de luz para crecer de manera óptima. De hecho, es un mito que aleja a muchos cultivadores, especialmente aquellos que buscan cultivar en exterior o evitar las elevadas facturas de luz.

Las autoflorecientes pueden crecer con éxito con un día completo de luz, pero en realidad solo requieren más de 16 horas. La mayoría de las variedades crecen bien con algo de oscuridad, como en el ciclo 16/8. Otros prefieren más iluminación, por lo que su cultivo está ligado a la luz de 18/6; y otras se desarrollan mejor bajo 20/4. Más luz puede aumentar los rendimientos, pero no para todas las variedades, por lo que tendrás que descubrir cuál funciona mejor.

Además, el tipo de luz que elijas depende de tu objetivo y de la cantidad que tu variedad puede absorber. A veces es necesario prueba y error para encontrar la mejor opción. Cabe destacar que algunos productores cultivan sus autoflorecientes bajo un régimen 24/0, mientras que otros piensan que las plantas pueden mostrar signos de estrés sin un periodo de oscuridad para descansar.

En general, los ciclos de 18/6 y 20/4 son los más recomendados para un balance óptimo entre crecimiento y eficiencia energética. Sin embargo, algunos cultivadores experimentan con 24/0 para maximizar el crecimiento vegetativo, mientras que otros pueden optar incluso por 12/12 en situaciones específicas​, como cuando se cultivan autoflorecientes junto a plantas fotoperiódicas en un mismo espacio.

¿Las autoflorecientes se pueden trasplantar?

Las plantas autoflorecientes se pueden trasladar de una maceta a otra más grande. Las dudas surgen porque un trasplante inadecuado ralentiza el desarrollo de la planta durante varios días mientras hace frente al estrés. El ciclo de vida de las autoflorecientes es de solo 75 días, por lo que cualquier tiempo dedicado a recuperarse del shock podría dar lugar a una reducción del rendimiento.

Para los principiantes, es mejor cultivar estas variedades directamente en las macetas definitivas donde se producirá la floración. Pero los cultivadores experimentados pueden trasplantar una autofloreciente incluso 1 o 2 semanas después de que germine. Pero hay que actuar con mucho cuidado. Si lo haces, el trasplante no debería tener un efecto importante en el crecimiento de tu planta.

Además, comenzar con macetas pequeñas permite a los cultivadores mantener un control más preciso sobre el entorno radicular. Una vez que las raíces llenan el espacio, se puede trasladar a una maceta más grande utilizando una técnica cuidadosa para minimizar el estrés, lo que también facilita el control y el cambio de sustratos en diferentes etapas de crecimiento para satisfacer mejor las necesidades nutricionales de la planta.

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Las autoflorecientes también se pueden podar

En el cultivo de cannabis autofloreciente existen muchos debates controvertidos. El entrenamiento de alto estrés (HST), como el Super Cropping, Topping o la poda FIM, es uno de ellos, por lo que generalmente se evita debido al riesgo de daño y estrés.

Algunos cultivadores apuestan por hacerlo para obtener cogollos más grandes, cortando el tallo apical para crear un arbusto más tupido y más corto, mientras se maximiza la cantidad de colas que produce la planta. Por otro lado, otros productores afirman que esta poda es demasiado estresante para la planta, lo que lleva a un tiempo de recuperación que frena el crecimiento y disminuye los rendimientos.

Dado que ambas partes tienen razón (técnicamente), esta respuesta depende nuevamente de la genética. Para las cepas índicas, que de todos modos desarrollan un espacio adecuado para la exposición a la luz, sería mejor evitar cosas como el Topping. Con las semillas autoflorecientes sativas, este tipo de poda podría ser útil para abrir espacio y lograr una cobertura de luz óptima. Pero en esta situación, es necesario tener cierta habilidad; de lo contrario, es posible que la autofloreciente no tenga tiempo de recuperarse, lo que afectará negativamente a la cosecha.

Las autoflorecientes se pueden entrenar con técnicas de bajo estrés (LST)

También se pueden producir grandes cosechas con las autoflorecientes utilizando entrenamiento de bajo estrés (LST) sin acumular complicaciones innecesarias. Se trata de guiar suavemente el crecimiento de tu planta para fomentar el crecimiento lateral, lo que da como resultado un dosel uniforme y una exposición mayor a la luz para todas las ramas, lo que genera rendimientos más sustanciales por planta. Por ejemplo, este concepto se puede aplicar a métodos de cultivo optimizado como el SCROG, donde se coloca una malla sobre las plantas para entrenar las ramas y que crezcan horizontalmente a través de ella.

El tiempo es crucial en LST. Lo mejor para las autoflorecientes es empezar alrededor de la tercera semana de crecimiento. Aquí es cuando la planta ha establecido un buen sistema de raíces y puede soportar una manipulación suave. Pero hay que controlar periódicamente las plantas y suspender el LST cuando se observe que la planta ha dejado de crecer verticalmente: esta es una señal de que ahora está centrando su energía en la producción de cogollos.

¿Las autoflorecientes admiten defoliación?

Además de las técnicas HST/LST mencionadas anteriormente, existen otras prácticas de bajo estrés que, aunque tradicionalmente se consideran inapropiadas para las autoflorecientes, pueden ser implementadas con éxito por cultivadores experimentados para mejorar los resultados.

Por ejemplo, el «lollipopping» implica eliminar las ramas inferiores de la planta que reciben menos luz para redirigir la energía a las partes superiores más productivas. El momento adecuado para realizarlo es temprano en la fase de floración, para asegurar que la planta tenga tiempo suficiente para recuperarse y redirigir su energía.

Por otra parte, la defoliación implica la eliminación selectiva de hojas para mejorar la penetración de luz y la circulación de aire, lo que también ayuda a reducir la humedad en el dosel, disminuyendo el riesgo de enfermedades fúngicas. En este caso, con las autoflorecientes lo mejor es eliminar solo las hojas que realmente bloquean la luz y hacerlo gradualmente para evitar estresar demasiado a la planta.

¿Se pueden usar técnicas avanzadas de nutrición?

Los regímenes avanzados de nutrición también se consideran un riesgo para las autoflorecientes, debido a su ciclo rápido y su susceptibilidad al estrés por nutrientes. Sin embargo, con un control cuidadoso, se pueden implementar técnicas avanzadas de alimentación. Por ejemplo, incrementando los niveles de CO2 para acelerar el crecimiento y aumentar el rendimiento. O usando nutrientes orgánicos que pueden mejorar la calidad del suelo y la salud de las plantas a largo plazo. Los nutrientes sintéticos también pueden proporcionar un control más preciso y resultados más rápidos, pero requieren una gestión más cuidadosa para evitar la sobrefertilización.

Conclusión

Al igual que con el cannabis en general, existe un cierto estigma que rodea a las semillas autoflorecientes, en parte debido a valoraciones pasadas sobre cepas de menor calidad que todavía persisten. Con los avances en linajes genéticos y la mejora de la reproducción, las autoflorecientes poco a poco han ganado mucha reputación, tanto entre cultivadores expertos como novatos.

Existen muchas técnicas avanzadas que pueden aplicarse a las variedades de cannabis autoflorecientes para mejorar su rendimiento y calidad. Aunque estas prácticas se consideran tradicionalmente inapropiadas debido a su ciclo de vida corto y su susceptibilidad al estrés, con la experiencia y el conocimiento adecuados, pueden ser implementadas con éxito.

Al desafiar las normas establecidas y experimentar con diferentes métodos de cultivo, los cultivadores pueden descubrir nuevas formas de maximizar el potencial de sus plantas autoflorecientes, obteniendo cosechas más abundantes y de mejor calidad.