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El sistema endocannabinoide: ¿cómo produce sus efectos la marihuana?

Por: Contributor Medicinal

Muchos de nosotros hemos oído hablar de algunos de los sistemas de transmisión dentro del cuerpo humano, como el sistema nervioso simpático, que nos da nuestra respuesta de lucha o huida. Pero menos se ha oído hablar del sistema endocannabinoide (SEC) descubierto más recientemente, lo cual es sorprendente si se considera que podría ser fundamental para casi todos los aspectos de nuestro funcionamiento corporal. A continuación te explicamos en detalle en qué consiste, para entender cómo el cannabis produce sus efectos.

El sistema endocannabinoide comprende una vasta red de señales químicas y receptores celulares que están densamente empaquetados en nuestro cuerpo. Por ejemplo, los receptores «cannabinoides» en el cerebro superan en número a muchos de los otros tipos de receptores que se ven afectados por diferentes neurotransmisores.

Los neurotransmisores son moléculas que las células cerebrales, o neuronas, utilizan para comunicarse entre sí. Una neurona envía un mensaje a la siguiente mediante la liberación de neurotransmisores, como la dopamina o la serotonina, en un espacio infinitesimal que separa una neurona de la siguiente.

Los receptores cannabinoides actúan como agentes de tráfico para controlar los niveles y la actividad de la mayoría de estos neurotransmisores. Para estimular estos receptores, nuestro cuerpo produce moléculas llamadas endocannabinoides (endo=dentro), que tienen una estructura similar a las moléculas de la planta de cannabis o fitocannabinoides (fito=planta). El primer endocannabinoide que se descubrió se bautizó como anandamida por la palabra sánscrita ‘ananda’ para felicidad.

En un símil cercano, los receptores de cannabinoides actúan como una cerradura en la puerta de la señalización celular, mientras los endocannabinoides son la llave que acciona su mecanismo. Los receptores de cannabinoides se localizan en la superficie de las células y «escuchan» las condiciones de fuera de la célula. Y transmiten la información sobre esas condiciones cambiantes al interior de la célula, iniciando la respuesta celular adecuada.

Gracias a este intrincado sistema de “cerraduras y llaves” repartidos por nuestro cuerpo, el sistema endocannabinoide actúa como una araña invisible recorriendo nuestro organismo para mantener su equilibrio u homeostasis, la estabilidad de nuestro entorno interno. Por ejemplo, si una fuerza externa, como el dolor de una lesión o fiebre, altera la homeostasis de tu cuerpo, el sistema endocannabinoide se activa para ayudar a que regrese a su funcionamiento ideal.

¿Cómo se descubrió el sistema endocannabinoide?

Aunque posiblemente sea uno de los descubrimientos científicos más importantes hasta la fecha, sabemos de la existencia del sistema endocannabinoide desde hace apenas 30 años, cuando en 1988 la neurofarmacóloga Allyn Howlett y sus compañeros de trabajo en la Universidad de St. Louis descubrieron por primera vez un receptor sensible al thc en el cerebro de ratones de laboratorio. Años antes, en 1964, Raphael Mechoulam y sus colegas de la Universidad Hebrea de Jerusalén habían aislado el tetrahidrocannabinol (THC) y descubrieron que era el principal compuesto psicoactivo del cannabis.

Pero, ¿por qué el cuerpo produciría receptores si no hubiera cannabinoides naturales que se comunicaran con ellos? El descubrimiento de los receptores de cannabinoides provocó una búsqueda de los químicos similares a los fitocannabinoides dentro del cuerpo que interactúan naturalmente con estos receptores recién descubiertos: los endocannabinoides, que actúan como «mensajeros» químicos y que ayudan a coordinar y regular todo lo que sentimos, pensamos y hacemos.

¿Cómo funciona el sistema endocannabinoide?

De esta forma, el SEC involucra tres componentes centrales:

Endocannabinoides: el cuerpo los produce según los necesita, lo que dificulta saber cuáles son los niveles típicos para cada uno. Los expertos han identificado dos endocannabinoides clave hasta el momento:

  • Anandamida (AEA)
  • 2-araquidonilglicerol (2-AG)

Receptores cannabinoides: se encuentran en la mayor parte del cuerpo y los endocannabinoides se unen a ellos para indicar que el SEC debe actuar. Hay dos receptores principales:

  • Receptores CB1, que se encuentran principalmente en el sistema nervioso central.
  • Receptores CB2, que se encuentran principalmente en el sistema nervioso periférico, especialmente en las células inmunitarias.

Los endocannabinoides pueden unirse a cualquiera de estos receptores. Los efectos resultantes dependen de dónde se encuentra el receptor y a qué endocannabinoide se une. Por ejemplo, podrían dirigirse a los receptores CB1 en un nervio espinal para aliviar el dolor. Otros pueden unirse a un receptor CB2 en tus células inmunitarias para señalar que el cuerpo está experimentando inflamación.

Enzimas: son las encargadas de descomponer los endocannabinoides una vez que han realizado su función. Esto evita que se acumulen en el cuerpo. Existen dos enzimas principales responsables de esto:

  • Hidrolasa amida de ácidos grasos (FAAH), que descompone la anandamida.
  • La monoacilglicerol lipasa, también conocida como MAG lipasa, que normalmente descompone el 2-AG.

¿Cómo interactúa el THC con el sistema endocannabinoide?

Cuando una persona fuma o inhala cannabis, el THC entra en los pulmones y se absorbe en la sangre. En cuestión de minutos, el sistema circulatorio transporta las moléculas de THC a todos los tejidos del cuerpo, incluido el cerebro, donde puede alterar la química neuronal, provocando sus efectos psicoactivos.

Las moléculas de THC que atraviesan la barrera hematoencefálica encontrarán que encajan perfectamente en los receptores, al igual que los endocannabinoides. Y es que la estructura química del THC es similar a la anandamida, lo que permite que el cuerpo reconozca el THC y altere la comunicación cerebral normal, afectando áreas que influyen en el placer, la memoria, el pensamiento, la concentración, el movimiento, la coordinación o la percepción sensorial y del tiempo.

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Por ejemplo, el THC puede alterar el funcionamiento del hipocampo y la corteza orbitofrontal, áreas del cerebro que permiten a una persona formar nuevos recuerdos y cambiar su enfoque de atención. Como resultado, el consumo de marihuana provoca efectos en el pensamiento e interfiere con la capacidad de una persona para aprender y realizar tareas complicadas.

El THC también altera el funcionamiento del cerebelo y los ganglios basales, áreas del cerebro que regulan el equilibrio, la postura, la coordinación y el tiempo de reacción. Esta es la razón por la cual las personas que han consumido marihuana pueden no ser capaces de conducir de manera segura.

El THC además activa el sistema de recompensa del cerebro, que incluye regiones que gobiernan la respuesta a comportamientos saludables y placenteros, como el sexo y la alimentación. El THC estimula las neuronas en el sistema de recompensa para que liberen dopamina a niveles más altos de lo que normalmente se observa en respuesta a los estímulos gratificantes naturales. La oleada de dopamina «enseña» al cerebro a repetir el comportamiento gratificante, ayudando a explicar las propiedades adictivas de la marihuana.

¿Cómo funciona el CBD en el sistema endocannabinoide?

El otro cannabinoide principal es el cannabidiol (CBD). A diferencia del THC, el CBD no es psicoactivo y, por lo general, no causa ningún efecto negativo. Los expertos no están completamente seguros de cómo interactúa con el sistema endocannabinoide, pero saben que no se une a los receptores CB1 o CB2 como lo hace el THC.

En cambio, muchos creen que funciona al evitar que los endocannabinoides se descompongan. Esto les permite tener más de un efecto en el cuerpo. Otros creen que el CBD se une a un receptor que aún no se ha descubierto. Si bien los detalles aún están en debate, la investigación sugiere que el CBD puede ayudar con el dolor, las náuseas y otros síntomas asociados con múltiples afecciones.

¿Qué pasa con la deficiencia de endocannabinoides?

Algunos expertos creen en una teoría conocida como deficiencia clínica de endocannabinoides (CECD), que sugiere que los niveles bajos de endocannabinoides en el cuerpo o la disfunción del SEC pueden contribuir al desarrollo de ciertas dolencias.

Un artículo de 2016 que revisa más de 10 años de investigación sobre el tema sugiere que la teoría podría explicar por qué algunas personas desarrollan migraña, fibromialgia o síndrome del intestino irritable. Ninguna de estas patologías tiene una causa subyacente clara y son a menudo resistentes al tratamiento.

Si la CECD juega algún tipo de papel en estas dolencias, apuntar al sistema endocannabinoide o la producción de endocannabinoides podría ser la clave que falta para el tratamiento, pero se necesita más investigación.

Y es que el sistema endocannabinoide juega un papel fundamental en mantener estables nuestros procesos internos, pero todavía hay mucho que no sabemos al respecto. A medida que los expertos desarrollen una mejor comprensión sobre su funcionamiento, podría ser la clave para revolucionar la historia de la medicina como nunca antes habíamos visto.

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