Rompiendo prejuicios sobre el cannabis con Fundación Daya

Estudiante de Trabajo Social desarrolla su tesis sobre el trabajo de Fundación Daya: “Esta organización abre un enorme campo para educar y desmitificar los discursos dominantes, los que, en lugar de ilustrar sobre las posibilidades del uso de este fitofármaco, desinforman a la población”

Inspirado en la labor que realiza Fundación Daya atendiendo pacientes y liderando proyectos como la plantación de cannabis para uso medicinal más grande de Latinoamérica o los primeros estudios clínicos de la región con fitofármacos en base a esta planta, Joel López decidió optar al título de trabajador social en la Universidad de Valparaíso con su tesis “Explorando los referentes identitarios de la cultura organizacional de Fundación Daya: un estudio descriptivo”.

“La labor de Fundación Daya emerge del compromiso social, de la necesidad identificada por su equipo de implementar nuevos paradigmas de trabajo desde el área de salud”, señala el autor de la tesis, concluyendo que el trabajo realizado por la organización es bastante innovador en el área social pues “la forma en que Fundación Daya se organiza, es algo que no se había observado en esta temática”, asegura.

“Siento que es una organización que en base a un arduo trabajo, ha logrado consolidarse a pesar de haber comenzado con una orgánica un poco inestable”, señala. “Sabían lo que querían hacer, pero no sabían muy bien cómo lograrlo. No obstante, y a pesar de las barreras institucionales, legislativas y sociales que implica incorporar el uso terapéutico y medicinal del cannabis, han logrado liderar ese proceso, estando a la vanguardia de lo que significa incorporar la cannabis como una temática de salud pública, es decir, de interés público”, relata el trabajador social de la Universidad de Valparaíso de Chile, quien junto a su profesor guía, Leonardo Onetto, se puso como objetivo realizar una radiografía de los rasgos que identifican a dicha fundación, una de las organizaciones líderes en el tema en América Latina.

“A pesar de ser muy contra cultural la temática del cannabis, es legítimo que cualquier persona pueda gobernarse sobre qué sustancia consumir o cuáles deben ingresar hacia su cuerpo. Esta perspectiva de Derechos Humanos, me ayudó a concebir el uso del cannabis desde otra perspectiva, una perspectiva medicinal, gatillando mi interés en esta temática”, indica Joel.

“Usualmente las temáticas abordadas en torno al cannabis se hacían siempre desde el marco institucional, los que trabajan con otros tipos de paradigmas como es el caso del SENDA (Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol)”.

Por lo mismo su investigación tuvo un carácter exploratorio, pues no existían precedentes de una investigación sobre alguna organización que utilizase la cannabis desde una perspectiva de salud como la que plantea Fundación Daya, en lugar de una perspectiva preventiva o de rehabilitación, en donde se asume que el consumo de cannabis generaría problemas en sus usuarios.

Lo que más rescata Joel con este trabajo de investigación, es el trabajo social que lleva a cabo Fundación Daya sin tecnificarlo sólo para expertos, sino que a través de acciones de intervención comunitaria, con atenciones terapéuticas, además de talleres de cultivo de cannabis y de preparados medicinales en base a ella.

“En esas instancias las y los participantes pueden aprender e incorporar nuevos conocimientos sobre el uso del cannabis. Saber cómo plantar y producir fitofármacos derivados de la planta, por ejemplo,  es algo muy potente porque entrega a las personas herramientas para que, en la medida de lo posible, puedan buscar una solución natural y económica a diferentes patologías”, señala el joven.

En términos personales y humanos, el actual trabajador social señala que éste trabajo de investigación le ayudó a cambiar la visión que él tenía hacia la organización. “Cuando quise realizar mi proceso investigativo en Daya, lo veía desde una perspectiva del saber, desde cómo funcionan las cosas, de saber in situ cómo trabajan. Pero a medida que pasó el tiempo me enriquecí bastante, porque comencé a tomarle un peso distinto a esta temática, dándome cuenta que los padecimientos de las y los pacientes de Fundación Daya, eran patologías bastante severas”.

Finalmente el joven observó que el trabajo ejercido por nuestra organización, abre una gran puerta para desarrollar una estructura técnica, metodológica y de intervención que puede generar importantes cambios. “El cannabis es una gran puerta para producir ciencia, pero en términos sociales, porque la cannabis en Chile hoy en día es un tema social y necesario de hablar”, asegura.

“La labor de Fundación Daya emerge del compromiso social, de la necesidad identificada por su equipo de implementar nuevos paradigmas de trabajo desde el área de salud, contribuir en esta misiva desde el trabajo social aporta un soporte técnico hacia la organización… para diseñar intervenciones innovadoras que estén orientadas bajo términos valóricos y éticos cercanos a usuarios y usuarias, sin perder la profesionalidad y la rigurosidad técnica para implementarlas”, es una de las conclusiones de su tesis, la que fue evaluada con un 6.5 como nota final.

Es decir, que dicha organización realiza un trabajo diario que efectivamente va en línea con su visión, la cual señala que “anhelamos una sociedad en la que la generosidad, el amor y la compasión primen en los vínculos humanos. Soñamos con abrir espacios de crecimiento y sanación al que todas las personas puedan acceder”.

Regular en lugar de prohibir. Empoderar a los pacientes en lugar de utilizarlos de manera clientelista. Preocuparse efectivamente de su bienestar integral como personas y no sólo como pacientes, además de informar basados en la evidencia disponible, en lugar de difundir prejuicios con fines ideológicos, son algunas de las ideas que inspiran a Fundación Daya, tal como concluye la tesis de Joel.

“Finalmente es necesario señalar que esta organización abre un enorme campo para educar y desmitificar los discursos dominantes, los que en lugar de ilustrar sobre las posibilidades y especificidades del uso de este fitofármaco, desinforman a la población impidiendo que esta pueda beneficiarse haciendo un uso pertinente y adecuado de las posibilidades que ofrece, según la más seria y actual información científica disponible”.