Raphael Mechoulam – Sus logros más importantes en la investigación del cannabis

El pasado 9 de marzo, a los 92 años, nos dejó un hombre que, aunque la mayor parte de su vida pasó desapercibido, tuvo un papel inimaginable para acabar con la estigmatización del cannabis. Un tipo cuyo impulso y curiosidad transformaron la medicina y traspasaron los límites de la ciencia. Un científico cuyo legado vivirá durante décadas, pues ha ayudado a cambiar millones de vidas en todo el mundo. Raphael Mechoulam era su nombre y siempre será considerado como un verdadero pionero en el campo de la marihuana medicinal.

Al Dr. Raphael Mechoulam le apasionaba estudiar la complejidad del cannabis y su impacto en el cuerpo humano. Su compromiso fue firme y logró ampliar los límites de la ciencia a pesar de las estrictas regulaciones sobre drogas que reprimían la investigación. Su fallecimiento significa el final de una era en el estudio del cannabis desde que se convirtiera en un ícono viviente. Y en honor al Dr. Mechoulam, es necesario repasar sus contribuciones más importantes para que nunca caigan en el olvido.

El aislamiento del THC por primera vez en la historia

Mechoulam, que se crio en Israel después de haber nacido en Bulgaria en 1930, completó su carrera de Bioquímica en la Universidad Hebrea de Jerusalén. En 1962, junto con su equipo de investigación, entonces en el Instituto de Ciencias Weizmann de Israel, comenzó a estudiar las propiedades del cannabis, centrándose en comprender la química de los cannabinoides. No mucho después, en 1964, lograron aislar con éxito el THC (tetrahidrocannabinol), el compuesto responsable de los efectos psicoactivos de la planta. Una vez que pudieron comprender su estructura química, incluso lo sintetizaron.

Mechoulam se mudó a la Universidad Hebrea de Jerusalén en 1972, donde él y su equipo buscarían muchos de los otros cannabinoides presentes en el cannabis, como el cannabidiol (CBD) y el cannabinol (CBN). Su trabajo puso fin a un siglo de incertidumbres y, mediante la identificación de estos otros cannabinoides y su primera síntesis, sentó las bases de lo que en las décadas siguientes se convirtió en un área fundamental de investigación biomédica.

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Presentó los beneficios del CBD para tratar la epilepsia

En 1980, el Dr. Mechoulam publicó un pequeño estudio científico, cuyos resultados sugirieron que el CBD podría ser beneficioso para reducir las convulsiones entre los pacientes epilépticos. Descubrió que el CBD era más efectivo que un placebo, después de lo cual esperaba despertar el interés de las grandes compañías farmacéuticas para desarrollar medicamentos basados ​​en CBD para la epilepsia. Fue debido a su investigación revolucionaria que el thc tuvo que compartir el centro de atención con el CBD, que inicialmente muchas personas no pensaron que fuera importante. Pero lo era. ¡Vaya si lo era!

El descubrimiento de los endocannabinoides

La investigación del Dr. Mechoulam también propició el descubrimiento de los endocannabinoides en 1992, particularmente la anandamida, que es un compuesto producido en el cuerpo humano y capaz de activar el receptor CB1, el mismo receptor que se une al THC. Mechoulam observo que el THC se adaptaba perfectamente a receptores especiales en el cerebro y el sistema nervioso central produciendo sus efectos. Surgió entonces la teoría de que si tenemos esta compleja red de receptores, debemos producir algún tipo de químicos endógenos que también actúen como llaves para desbloquear estos receptores.

Este fue un gran hito porque la anandamida fue el primer endocannabinoide que se descubrió (poco después, uno de sus estudiantes de doctorado, Shimon Ben-Shabat, descubrió otro cannabinoide endógeno, el 2-AG); y no solo tuvo un gran impacto en la investigación del cannabis, sino que ahora se sabe que esta molécula desempeña un papel vital en la regulación de una amplia gama de actividades fisiológicas, incluido el apetito, el dolor y el estado de ánimo, por lo que tuvo beneficios de gran alcance para el mundo de la biología, la bioquímica, la medicina y la farmacología en general.

Ayudó a demostrar que los humanos han estado usando cannabis durante milenios

Un año después, en 1993, el Dr. Mechoulam y su equipo publicaron un estudio en la revista ‘Nature’ analizando las cenizas encontradas en una tumba romana del siglo IV hallada cerca de Beit Shemesh, a 30 kilómetros al oeste de Jerusalén, que correspondía a una mujer joven que había muerto durante el parto. «Obviamente, le dieron algo para aliviar el dolor o para hacer algo con la hemorragia que aparentemente estaba teniendo. Pensamos que podría ser cannabis», dijo en una entrevista ese año. Un análisis mostró que su presentimiento era correcto, proporcionando la primera evidencia física del uso medicinal del cannabis en el antiguo Medio Oriente. «No tenemos dudas al respecto», afirmó entonces.

La teoría del efecto séquito como piedra angular de los efectos del cannabis

El Dr. Mechoulam descubrió el efecto séquito junto con el Dr. Shimon Ben-Shabat en 1999. Este efecto se refiere a la forma sinérgica en que los cannabinoides trabajan, potenciando los beneficios mutuos cuando se consumen juntos en lugar de tomándolos individualmente. Él y su equipo observaron que cuando ciertos cannabinoides se tomaban solos, tenían poco o ningún efecto; pero cuando se combinaba con THC o con otros cannabinoides, en realidad eran muy beneficiosos. Esto es especialmente significativo, ya que existen docenas de formas diferentes de cannabis en la actualidad, desde aislados de CBD y THC hasta extractos de plantas enteras. Debido al efecto séquito, sabemos que si se desea maximizar las propiedades curativas de la marihuana, es mejor tomar la medicina de la planta completa.

Encontró un cannabinoide más potente que el THC

El Dr. Mechoulam no dejó de trabajar en su investigación sobre el cannabis hasta prácticamente el final de sus días. Así, en 2020 descubrió otro compuesto llamado EPM301, una versión sintética de los cannabinoides ácidos que se producen de forma natural en la planta y que resultó ser más potente que el THC, pero sin sus efectos secundarios negativos. Llevó un tiempo descubrirlo debido a su inestabilidad, aunque Mechoulam ideó un método para modificar los ácidos que les permitió ser estables durante un período lo suficientemente largo, lo que facilitó su uso en estudios y ensayos.

Además, descubrió que este compuesto podría ser útil para tratar las náuseas y la ansiedad, aunque existe la posibilidad de que también ayude con el cáncer, la psoriasis o la enfermedad inflamatoria intestinal. Esta investigación proporcionó al mundo del cannabis su primera molécula de un cannabinoide a base de ácido sintético y, como era de esperar, generó mucho revuelo. Raphael Mechoulam tenía 88 años cuando logró este hito.

Sin duda, el mundo de la marihuana medicinal seguirá cambiando durante muchos años como resultado de los logros de Raphael Mechoulam. Su compromiso inquebrantable con el descubrimiento de los componentes químicos de la planta y sus posibles usos terapéuticos ha sido fundamental para sacar al cannabis del injusto oscurantismo al que se vio sometido durante el último siglo. Solo podemos esperar que otros pioneros como él cojan su testigo y lideren el camino a medida que el sector se desarrolla y se expande a la luz de la ansiada legalización. Descanse en paz, Dr. Raphael Mechoulam.