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Los nuevos pasos de la “verde revolución” en Chile

Los nuevos pasos de la “verde revolución” en Chile

Por: Fundacion Daya Medicinal

Hace un par de semanas, el Instituto de Salud Pública de Chile (ISP) aprobó una enmienda al estudio científico que desde principios de este año evalúa la eficacia de un fitofármaco en base a cannabis, desarrollado por Knop Laboratorios y Fundación Daya, en colaboración con la Municipalidad de La Florida, como coadyuvante en la disminución del dolor oncológico.

Con esta enmienda los investigadores buscan ampliar el proceso de reclutamiento de pacientes que cumplan con todos los requisitos que establece el estudio y dar así cabida a la demanda de pacientes con otros tipos de cáncer interesados en formar parte del estudio clínico (previo a la enmienda sólo podían participar pacientes con cáncer de mama o pulmón). De esta forma, en este ensayo clínico ahora podrán participar pacientes con cáncer de pulmón, mama, próstata, vejiga, colorectal o gástrico.

“Los pacientes que quieran participar formarán parte del primer estudio clínico de un medicamento en base a cannabis de Latinoamérica”

“Los pacientes que quieran participar no sólo formarán parte del primer estudio clínico de un medicamento en base a cannabis de Latinoamérica, estarán, sobre todo, aportando al avance de la ciencia en Chile y ayudando a entregar una alternativa terapéutica para pacientes con dolor oncológico”, expresó Ana María Gazmuri, directora ejecutiva de Fundación Daya.

Los nuevos pasos de la “verde revolución” en Chile

En esta institución sin fines de lucro esperan que el fitofármaco esté disponible en farmacias chilenas a principios de 2018, dando de esta manera acceso a lo beneficios del uso medicinal del cannabis a miles de pacientes que, por diferentes motivos, no pueden cultivar cannabis para preparar sus propios productos terapéuticos.

“Consideramos necesario que los pacientes que lo deseen puedan comprar este tipo de medicamentos en farmacias, siempre y cuando sea a un precio accesible, ya que no todos los pacientes tienen la posibilidad de desarrollar sus autocultivos: muchos de ellos están institucionalizados, postrados, tienen patalogías que les impiden cultivar o no poseen las condiciones de espacio, tiempo o habilidades para desarrollar un cultivo exitoso”, explica Nicolás Dormal, director de desarrollo de dicha ONG.

La arremetida de los laboratorios extranjeros

En diciembre de 2015, como consecuencia del trabajo impulsado por organizaciones pro cannábicas como Fundación Daya, Movimental, Red Chilena de Reducción de Daños, entre otras, se logró que la Ministra de Salud Carmen Castillo y la Presidenta de Chile Michelle Bachelet, firmaran una modificación a los decretos 404 y 405 del Código Sanitario. Permitiendo así la elaboración, importación y exportación de fitofármacos en base a cannabis y su venta en farmacias mediante receta retenida.

De esta manera, se abrió una puerta que no sólo reconoce el uso medicinal del cannabis, sino que ha permitido que distintos laboratorios internacionales comiencen a exportar medicamentos en base a cannabis a Chile.

Es el caso de Sativex, producto farmacéutico creado por GW Pharmaceutical en Reino Unido, elaborado a partir de un extracto estandarizado de la planta de cannabis con un ratio 1:1 thc:CBD, de aplicación en spray oral, cuya permiso de importación por parte del Instituto de Salud Pública de Chile (ISP) fue aprobado en octubre recién pasado.

Los nuevos pasos de la “verde revolución” en Chile

Indicado como tratamiento para la mejoría de los síntomas en pacientes adultos con espasticidad moderada o grave, debido a la esclerosis múltiple (EM) que no han respondido de forma adecuada a otros medicamentos antiespásticos, Sativex llegaría a las farmacias chilenas en el mes de julio a un precio cercano al millón de pesos chilenos (1.500 dólares aproximadamente), según información de prensa.

A ello se suma la importación de una partida de 600 unidades de los medicamentos en base a cannabis TC100 y T100, ambos para manejo del dolor, creados por el laboratorio canadiense Tilray.

Dichos fitofármacos llegaron a farmacias chilenas a través de un permiso excepcional y provisorio del ISP, ya que dichos productos no cuentan con registro en Chile, a un precio de venta de 210.000 pesos chilenos (316 dólares aproximadamente). Un precio mucho menor que el del Sativex, pero que aún así es muy lejano a la realidad económica de la mayoría de los pacientes chilenos: alrededor de un 40% de los trabajadores de Chile ganan un sueldo mensual que, en promedio, es igual o menor a 350.000 pesos chilenos (530 dólares aproximadamente).

Es por ello que la creación de fitofármacos en base a cannabis en asociación con un laboratorio chileno –Knop Laboratorios- es una de las actuales prioridades de Fundación Daya. Todo para dar acceso a este tipo de medicina a los pacientes a bajo costo.

“Nuestro compromiso como fundación nos llevó a desarrollar un modelo que nos permite aportar a la elaboración de fitofármacos en base a cannabis, a un costo significativamente menor que el de los productos extranjeros”, Nicolás Dormal.

“Nuestro compromiso como fundación nos llevó a desarrollar un modelo que nos permite aportar a la elaboración de fitofármacos en base a cannabis, a un costo significativamente menor que el de los productos extranjeros. Esto, gracias a que se inicia un proceso de producción nacional, desde la materia prima, hasta la elaboración de los fitofármacos. A esto se suma el clima idóneo de la zona central de Chile cuyas condiciones permiten realizar cultivos outdoor, aprovechando los recursos naturales en vez de una costosa infraestructura y tecnología para cultivar bajo condiciones artificiales de luz, temperatura y humedad”, explica Nicolás Dormal, director de desarrollo de Fundación Daya, quien subraya además la importancia de volver a vincular a la planta con el medioambiente, aprovechando los microorganismos presentes en la tierra, los insectos benéficos, la luz solar, entre otros factores, tratando el cannabis por lo que es: una planta.

“Así podemos tener costos mucho menores que los de las plantas de cultivo de nivel industrial desarrolladas de manera indoor, logrando obtener materia prima de calidad a precios razonables. Muy importante también para lograr reducir los costos de desarrollo de esta nueva actividad, fue generar un modelo de investigación que articula la colaboración de municipalidades, hospitales, médicos y científicos que genuinamente se han interesado en ser parte de esta apertura en Chile”, resume.

Democratizar el acceso al uso medicinal del cannabis

Desde su creación hace cuatro años, Fundación Daya ha impulsado el acceso democrático al uso medicinal del cannabis para los pacientes chilenos,  principalmente a través del autocultivo.

A través de una red nacional de colaboradores y voluntarios presente en 15 ciudades a lo largo de Chile, Fundación Daya entrega atención directa a pacientes a través de consultas con terapeutas y médicos especializados, los que asesoran, guían e informan a los pacientes sobre el uso medicinal del cannabis. Luego de la primera atención, los pacientes asisten a talleres de autocultivo y preparaciones medicinales impartidos por la fundación, donde reciben los conocimientos necesarios para iniciar sus tratamientos.

“El autocultivo es un derecho en el ámbito de la soberanía personal

“El autocultivo es un derecho en el ámbito de la soberanía personal que los pacientes ejercen para acceder hoy a sus tratamientos en base a cannabis”, señala Ana María Gazmuri, directora ejecutiva de Fundación Daya, quien destaca que en estos cuatro años de existencia la organización ha atendido a más de 10.000 pacientes a lo largo de Chile, desarrollando en base a esta experiencia clínica, diversos estudios retrospectivos en epilepsia y autismo, liderados por la Dra. Gisela Kuester, neuróloga, epileptóloga y directora de investigación de Fundación Daya. Estos trabajos han sido admitidos para ser presentados en diversos congresos internacionales, tales como el 12° Congreso Europeo de Epileptología en Praga 2016, el 32° Congreso Internacional de Epilepsia a desarrollarse en Barcelona, España en septiembre de 2017 y en el 23° Congreso Mundial de Neurología también en septiembre de 2017 que se desarrollará en Kioto, Japón.

Los nuevos pasos de la “verde revolución” en Chile

“Es un gran cambio cultural, social y político”, agrega. “Con la fuerza de la ciudadanía, especialmente de los pacientes, se ha logrado que el respeto al espíritu original de la ley que regula sustancias como el cannabis en Chile, se comenzara a aplicar correctamente por parte del poder judicial desde un primer fallo positivo de la Corte Suprema en junio del 2015, al que le siguieron múltiples fallos de diversos tribunales que han permitido el sobreseimiento de ciudadanos procesados por cultivo y/o porte de cannabis”.

abe destacar que la legislación chilena persigue el tráfico de ciertas sustancias, dentro de las cuales se encuentra el cannabis, permitiendo su cultivo siempre y cuando esté destinado al consumo personal, lo que incluye los tratamientos médicos. 

Sin embargo, la mala aplicación de la ley ha provocado una vulneración de derechos de las personas por parte de las policías y fiscales, quienes tienen a cargo la persecución penal. Es por ello que algunos usuarios medicinales han sufrido la incautación de sus cultivos, y en algunos casos han resultado detenidos, aunque la gran mayoría de ellos son posteriormente sobreseídos. 

“Hemos sido protagonistas de una verde revolución que no se va a detener”, Ana María Gazmuri

“Chile ya cambió. Hoy en día más que nunca las personas ejercen su derecho al autocultivo en nuestro país. Hemos sido protagonistas de una verde revolución que no se va a detener”, señala Ana María Gazmuri. “Sabemos que cultivar para el consumo personal en Chile es lícito. Pero también sabemos que muchos pacientes no pueden ejercer ese derecho debido a sus condiciones de salud. Por esa razón es tan importante lograr dar acceso a medicamentos en base a cannabis a precios éticos”, señala.

Esa es la segunda vía que Fundación Daya se encuentra impulsando actualmente, con el Primer Estudio Clínico con un medicamento en base a cannabis de Latinoamérica.

“Esta vía de acceso nos parece importante porque permite diversificar el acceso de la población a través de los médicos, que en muchos casos se sienten más seguros con estos productos, por haber cumplido los pasos científicos y técnicos de rigor”, señala Alejandra Ahumada, directora técnica de Fundación Daya.

“Buscamos que el primer fitofármaco en base a cannabis creado en la región pueda estar disponible en farmacias a un precio ajustado a la realidad nacional. Esperamos que lo mismo ocurra con otros tantos estudios cuyos protocolos se están desarrollando en este momento, y que permitirán el registro de diversas formulaciones, ampliando el rango de productos medicinales disponibles para los pacientes”, resume la directora ejecutiva de la fundación, Ana María Gazmuri.

Es por ello que Fundación Daya en colaboración con Knop Laboratorios se encuentra actualmente desarrollando nuevos fitofármacos en base a cannabis para el tratamiento de la epilepsia refractaria, el dolor crónico no oncológico la dermatitis atópica y trastornos del sueño. Formulaciones que seguirán todas las etapas necesarias hasta lograr su registro como medicamento.

De esta manera, Chile aporta al desarrollo mundial del cannabis medicinal, recuperando el valioso tiempo que nos hizo perder la prohibición.

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