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Guía completa para secar y curar la marihuana de la manera correcta

Por: Contributor Cultivo

Cualquier cultivador experimentado sabe que un secado y un curado adecuados son fundamentales para garantizar que el cannabis exhiba todas sus mejores cualidades. Sin estos procesos fundamentales, que se deben realizar después de la cosecha, perderíamos el humo suave y los diversos perfiles de sabor/aroma que buscamos cuidadosamente en nuestras plantas. Por eso hemos elaborado esta guía maestra para cultivadores caseros, en la que te mostramos cómo secar y curar tu propio cannabis de forma óptima y sencilla.

Si quieres una cosecha potente y con un perfil organoléptico que cause sensación, existen una serie de factores que debes tener en cuenta. Ya sea que cultives en interior, exterior o en invernadero, la fase de desarrollo de la planta es solo una parte de lo que hace que un buen cannabis sea excelente. Pero puedes hacer el mejor trabajo del mundo cultivándolo, que si no eres diligente durante el proceso de secado y curado, todo tu trabajo será en vano.

La importancia del secado y curado del cannabis

El secado y curado de la marihuana detiene la descomposición natural de los cannabinoides y preserva los niveles de thc y terpenos. Es un paso esencial que permite que los cogollos se mantengan frescos durante más tiempo, para crear productos estables y duraderos. El objetivo es mantener la potencia de los cogollos y aumentar el sabor, al mismo tiempo que se protegen contra las bacterias.

Desde el momento en que se corta una planta, esta comienza a degradarse a medida que las enzimas y las bacterias aeróbicas se dan un atracón con el exceso de azúcares y almidones producidos por la descomposición de la clorofila. El curado adecuado detiene el proceso de degradación antes de que los compuestos volátiles (como los terpenos) se evaporen o se transformen.

Así, un buen secado y curado no solo mejorará el sabor y el aroma del cannabis, sino también su potencia. Esto se debe a que la síntesis de los cannabinoides (el proceso de creación de esos compuestos químicos) continúa por efecto del oxígeno incluso después de cortar la planta.

Cuando las flores de cannabis recién cosechadas se mantienen a la temperatura y humedad adecuadas, los cannabinoides no psicoactivos continuarán transformándose en THCA, el precursor ácido del THC psicoactivo, obteniéndose un producto de mayor concentración de este cannabinoide. Es un ejemplo de cómo los procesos químicos que se producen en la planta no se detienen con el final de su vida.

Cómo secar el cannabis

El proceso de secado puede variar, pero la mayoría de los cultivadores optan por una técnica sencilla y eficaz que garantiza buenos resultados. Para empezar, lo común es cortar la planta, eliminar las hojas innecesarias y colgarlas boca abajo en cuerdas o alambres. Algunos prefieren colgar plantas enteras, otros separar las planta en ramas, mientras que otros separan los cogollos y los secan en bandejas específicas. Puedes decidir si hacer un manicurado en fresco (antes del secado) o en seco (después del secado).

Sea cual sea tu preferencia, es esencial mantener el cannabis en un espacio oscuro para evitar que la luz degrade el THC. Las condiciones óptimas de secado incluyen una temperatura de entre 15 y 20 ºC y una humedad del 45 al 55 %. Evita temperaturas superiores a 20 ºC, ya que los terpenos comienzan a evaporarse a temperaturas más altas. También se recomienda tener una leve circulación de aire mediante un ventilador, junto con un deshumidificador o climatizador para asegurar que los niveles se mantengan estables.

El objetivo es reducir el contenido de agua de los cogollos del 75 % al 10-15 %. Después de aproximadamente una o dos semanas, cuando los tallos se rompen fácilmente al doblarse y la superficie de los cogollos está ligeramente crujiente, el secado estará completo y será momento de pasar al siguiente paso: el curado.

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El interior de un armario de cultivo puede ser un excelente lugar para secar la marihuana.

Cómo curar la marihuana

Una vez que los cogollos se han secado lo suficiente, se deben separar de los tallos más grandes y colocar en recipientes herméticos. Aunque los tarros de cristal son los más comunes, también se pueden utilizar recipientes de cerámica o incluso de metal (el plástico no es recomendable), siempre asegurando que haya espacio suficiente para que los cogollos puedan moverse sin estar apretados (no se recomienda llenar los frascos más de un 75 % de su capacidad).

Al sellar los recipientes y guardarlos en un lugar oscuro, fresco y seco, los cogollos comenzarán a rehidratarse de manera natural, ya que la humedad interna se redistribuye en las partes exteriores que estaban secas. Si los cogollos se sienten aún demasiado crujientes o secos, es posible que hayas secado demasiado la planta; y si se pegan entre ellos, es señal de que necesitan más tiempo de secado antes de volver al frasco.

Durante la primera semana de curado, es importante abrir los recipientes varias veces al día para permitir que los cogollos respiren (lo que comúnmente se conoce como “hacer eructar la marihuana”). Esto ayuda a liberar la humedad y a renovar el oxígeno en el interior. Si tienes un higrómetro, lo ideal es mantener la humedad dentro del recipiente entre un 60 % y un 65 %.

En caso de notar un olor a amoníaco, es indicativo de que los cogollos aún están demasiado húmedos y las bacterias anaeróbicas pueden estar comenzando a dañarlos, lo que lleva al moho. Revisa los cogollos con regularidad para detectar cualquier signo de hongos y elimina inmediatamente los que estén afectados para evitar que el resto del lote se eche a perder.

Pasada la primera semana, bastará con abrir los recipientes una vez cada pocos días para seguir controlando la humedad. Aunque después de unas dos a cuatro semanas los cogollos ya estarán listos para su consumo, un curado prolongado entre cuatro y ocho semanas mejora significativamente su calidad. Algunas variedades pueden incluso requerir hasta seis meses de curado para desarrollar todo su potencial en sabor y aroma. Sin embargo, curar más allá de ese tiempo puede resultar en una pérdida de calidad.

Una vez completado el proceso de curado, el cannabis estará seco, crujiente y con la humedad adecuada (entre un 8 % y un 10 %). En este punto, los cogollos estarán listos para un almacenamiento a largo plazo, preferiblemente en recipientes herméticos y guardados en un lugar fresco y oscuro. Los armarios, alacenas e incluso los cajones de la cómoda pueden ser buenos sitios para ello. Con las condiciones adecuadas, el cannabis puede conservarse en buen estado hasta por dos años, manteniendo su sabor, aroma y potencia sin deterioro significativo.

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Botes de curado llenos al 75% y con bolsas de control de humedad para mantenerla a un 62%.

Otros consejos para secar y curar tu cannabis correctamente

  • Si usas bandejas o mallas de secado en lugar de colgar las ramas, asegúrate de voltear los cogollos regularmente para evitar que se aplasten por un lado. Las superficies metálicas pueden hacer que los cogollos se sequen de manera desigual o más rápido de lo debido, así que usa materiales como maderas o mallas plásticas para un secado uniforme.
  • Aunque es esencial tener una buena circulación de aire, asegúrate de que los ventiladores no apunten directamente a los cogollos, ya que el aire fuerte puede secar demasiado rápido las flores y reducir su calidad​. El aire debe circular constantemente, pero no recicles aire viciado o estancado, por lo que instalar un sistema de extracción ayudará a eliminar humedad excesiva sin comprometer el secado​.
  • Si nunca has secado tu propia marihuana, puede que te sorprenda la presencia de algunos aromas desconocidos. En particular, durante el proceso de curado final, algunas personas informan de un olor característico a hierba al abrir sus frascos de vidrio, que se produce por la lenta degradación de la clorofila y se desvanece con el tiempo a medida que se intensifican los olores de los terpenos.
  • Si accidentalmente has secado demasiado tus cogollos, puedes rehidratarlos introduciendo un trozo de papel húmedo en el frasco durante unas horas. No te excedas, ya que esto puede causar moho. Algunos cultivadores usan cáscaras de cítricos, pero como estas afectarán el sabor de los cogollos, solo se recomienda usarlas si estás cultivando una variedad con sabor a cítricos.
  • Las cajas de madera garantizan mejores resultados que los botes de cristal. Muchos sibaritas del curado recomiendan el cedro, ya que es ligeramente poroso y aporta a la hierba un cierto olor característico. Otra opción es el okume, un tipo de madera de origen africano, muy resistente a la humedad y que preserva los aromas originales de la hierba.
  • Se pueden colocar pequeños higrómetros dentro de los frascos para controlar la humedad relativa. Pero también existen bolsas de control de humedad (como las de la marca Boveda) que proporcionan una humedad relativa del 62 % en el interior del envase (con una variación máxima del 1 %).
  • Poner etiquetas es especialmente importante si estás curando varias cepas a la vez. También la fecha de inicio del curado te ayudará a llevar un registro y garantizar que cada variedad se cure durante el período deseado.
  • Evita las bolsas de plástico para el curado, que generan un ambiente húmedo donde el cogollo puede “sudar” y provocar moho y un hedor inconfundible. También provocan electricidad estática, que atrae valiosos tricomas del cogollo y se adhieren al plástico.
  • La congelación no es la mejor manera de almacenar marihuana porque el cannabis todavía contiene un pequeño porcentaje de agua, lo que significa que también podrías perder cannabinoides. Pero si decides hacerlo, utiliza un congelador no-frost después de envasarla al vacío, ya que esta técnica garantizará que los compuestos químicos no se dañen demasiado.

Felicidades: tus cogollos ya están listos para disfrutar

Secar y curar adecuadamente el cannabis es como un pintor que da los últimos retoques a una obra de arte: puede aumentar y, de hecho, aumentará enormemente el valor del producto final. Cuando se trata de secar y curar, vale la pena planificar con anticipación. No existe una manera real de hacerlo rápidamente sin disminuir la calidad de los cogollos, por lo que tómate el tiempo y el cuidado necesarios para realizarlo bien, para que puedas aprovechar al máximo tu cosecha y llevar a tu boca el mejor cannabis posible, el que solo tú mereces después de tantos meses de arduo trabajo.

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