El cannabis puede ser útil en adultos con epilepsia

El cannabis y, en particular, el cannabidiol (CBD), han generado un creciente interés en su uso para el tratamiento de la epilepsia, especialmente en casos refractarios resistentes a las terapias convencionales. Esta exploración se fundamenta en diversos estudios y avances científicos que han destacado el potencial de los cannabinoides en el alivio de esta enfermedad neurológica.

La epilepsia es una de las afecciones neurológicas más comunes a nivel mundial y un porcentaje significativo de pacientes no responde adecuadamente a los tratamientos convencionales. En este contexto, los cannabinoides, y específicamente el CBD, han surgido como una opción terapéutica complementaria. De hecho, en el tratamiento de la epilepsia, dos fármacos basados en cannabinoides han ganado mucha atención desde hace años: Epidiolex y Sativex.

Epidiolex es una solución oral a base de cannabidiol que ha sido aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA) para tratar tipos específicos de epilepsia severa y poco comunes, como el síndrome de Dravet y el síndrome de Lennox-Gastaut. Por otro lado, Sativex es un spray oral que contiene una combinación 1:1 de CBD y tetrahidrocannabinol (thc). Aunque su uso principal ha sido en el control del dolor severo, especialmente en casos de esclerosis múltiple, también se han realizado investigaciones sobre su potencial en el tratamiento de otras patologías, incluyendo la epilepsia.

¿Cómo el cannabis podría tratar las convulsiones de la epilepsia?

Un ataque epiléptico desencadena la creación y liberación de una sustancia química natural en nuestro cerebro llamada 2-araquidonoilglicerol (2-AG). Este compuesto se libera rápidamente al inicio de la convulsión y actúa para amortiguar la intensidad de la convulsión. Esto es interesante porque es un endocannabinoide que imita al THC, al igual que la anandamida. Los endocannabinoides, en general, parecen inhibir la excitación excesiva en el cerebro y se liberan cuando las neuronas excitadoras superan un umbral.

Sin embargo, la rapidez con la que se descompone el 2-AG tras su uso en el cerebro provoca más confusión y amnesia después de la convulsión. Esto se debe a que se convierte en ácido araquidónico, que puede provocar inflamación y constricción de los vasos sanguíneos del cerebro. Se teoriza que un medicamento que detiene la conversión de 2-AG en ácido araquidónico no solo detendrá la constricción dañina de los vasos sanguíneos, sino que también aumentará la concentración de 2-AG.

Una teoría es que al introducir THC y/o CBD en el cerebro podría funcionar como 2-AG, pero sin su rápida desintegración, ayudando a controlar las convulsiones a largo plazo y minimizando la desorientación después de una convulsión. Otra teoría es que el CBD bloquea las señales transmitidas por el lisofosfatidilinositol (LPI), otro endocannabinoide endógeno que puede ser secuestrado por la enfermedad y utilizado para provocar convulsiones. Esto también indica que el CBD podría usarse como medicamento preventivo.

¿Qué nos dice la investigación actual al respecto?

Según diversos estudios, los pacientes tratados con CBD, ya sea solo o en combinación con otros fármacos antiepilépticos, han demostrado no solo una reducción en la frecuencia de las crisis convulsivas, sino también mejoras en otros aspectos como el bienestar emocional, cognitivo y motor, así como en la socialización.

Sin embargo, es fundamental reconocer que no todos los casos de epilepsia responden al tratamiento con CBD. En algunos casos, puede ser necesario agregar THC, aunque esto debe hacerse con precaución, ya que al ser un compuesto bifásico, puede aliviar o, por el contrario, desencadenar crisis, dependiendo de la dosis.

Aunque el uso de cannabis y sus derivados, particularmente el CBD, en el tratamiento de la epilepsia muestra resultados prometedores, todavía se requiere una comprensión más profunda de sus mecanismos de acción, así como una evaluación cuidadosa de las interacciones farmacológicas y los efectos secundarios. Por tanto, la investigación continua en esta área es crucial para establecer con mayor certeza su eficacia y seguridad.