El cáñamo industrial por fin es legal a nivel federal en EE.UU

El cáñamo y sus derivados ya no están en la Ley de Sustancias Controladas. El pasado 20 de diciembre, el presidente de los EE.UU, Donald Trump, firmó la Ley Agrícola de 2018. De esta manera, la planta pasa de estar en la Lista 1 de Estupefacientes a redefinirse como un producto agrícola y ser legal a nivel federal, es decir, en los 50 estados que conforman el país. Además, se estima, que traerá grandes beneficios económicos, ya que está destinado a impulsar la industria agrícola.

Ley Agrícola de 2018

La Ley Agrícola es una ley anual que supervisa las regulaciones y la financiación de toda la industria agrícola de EE.UU. Este año llamaba la atención una cosa, ya que, por fin se incluía la legalización federal del cáñamo industrial. Esta regulación acaba con más de 80 años de prohibición federal. Además, se estima que los beneficios pueden llegar a más de 22.000 millones de dólares en el año 2022.

A partir de ahora, el Departamento de Agricultura será el que supervise los cultivos de cáñamo industrial. Con esta ley se permitirá la plantación y el comercio de cáñamo entre estados y productos de cáñamo. Por lo que la Administración de Control de Drogas (DEA) ya no podrá impedir el comercio interestatal de productos de cáñamo. Y estos productos se podrán transportar de un estado a otro sin miedo a que se produzcan arrestos, siempre que se cumplan las instrucciones de la Administración de Alimentos y Medicinas (FDA).

De estupefaciente ilegal a cultivo legal

Papel, textiles, alimentos, materiales de construcción, medicina, artículos de cannabidiol (CBD)… Más de 25.000 productos se podrán producir con cáñamo desde el 1 de enero de 2019 de manera legal. EE.UU entra a formar parte del mercado global. De esta manera, una planta que ha sido fundamental en la historia mundial, pasa de nuevo a estar más cerca de ser de nuevo considerada como cultivo y dejar de estar controlada y sancionada como estupefaciente, como hasta ahora había sido.

Ley Agrícola de 2014

Este paso histórico tiene un antecedente en 2014. Por aquel entonces el presidente Barak Obama firmó una versión en la que se permitía usar cáñamo en los programas de investigación. Y ya en 2017, 19 estados cultivaron más de 25.000 acres de la planta. Sin embargo, esta situación seguía teniendo limitaciones, ya que cada estado regulaba de una manera y la mayoría del cáñamo se seguía importando.  

Además, hasta ahora, el cáñamo industrial seguía considerándose idéntico al cánnabis psicoactivo y estaba en la Lista I de la Ley de Sustancias Controladas. Por lo que las personas que lo cultivaran o usaran se enfrentaban a sanciones estrictas. Y, por supuesto, se obviaban todos los beneficios que esta planta aporta.

Hay puntos que no se modificarán con respecto a la Ley de Agricultura de 2014. Y solo se considerará cáñamo industrial el que tenga menos de 0.3 por ciento de thc. Si las plantaciones tienen un 0.4 por ciento o más de THC, los agricultores están obligados a destruir toda la cosecha. Y es que, aunque en cantidades más pequeñas, el cáñamo industrial no está exento de tener THC.

Aún hay mucho trabajo que hacer

Esta legalización plantea muchas preguntas que aún están pendientes de resolver. ¿Estará el cannabis sativa más cerca de una legalización a nivel federal y no solo estatal como hasta ahora? ¿Qué pasará con el aceite de CBD hecho de cáñamo? ¿Qué pasará con las personas racializadas, que son las que más arrestos suelen sufrir por delitos de drogas?

¿Qué pasará con la cláusula de la enmienda aprobada por el Senado que prohíbe a las personas con condenas por delitos de drogas participar en la industria del cáñamo? Lo bueno es que si la condena tuvo lugar hace más de diez años, esa falta prescribe y esa persona podrá cultivar cáñamo.

Todavía hay muchas incertidumbres que, suponemos, se aclararán con los días. Los beneficios son muchos y desde ahora los agricultores de cáñamo industrial podrán hacer cosas básicas que hasta ahora eran impensables. Como deducir sus gastos de los impuestos, poder acceder a un seguro federal para sus cosechas, solicitar un préstamo o los derechos del agua.