¿Cuál es la conexión entre el sexo y la marihuana?

Durante siglos, el cannabis ha sido un tema de fascinación, especialmente por sus aparentes beneficios en las prácticas sexuales. Aunque investigaciones recientes sugieren que esta planta podría tener efectos positivos en la libido y la satisfacción sexual, con una influencia particularmente notable entre las mujeres, la dosificación también es crítica, ya que determina si los efectos serán estimulantes o inhibidores. Así que exploremos detalladamente cómo puedes incorporar el cannabis en tus experiencias íntimas, mejorando la experiencia más allá de solo inducir el sueño.

Históricamente, el cannabis ha sido parte de la expresión sexual en diversas culturas. Textos sagrados hindúes lo describen como un componente esencial de los rituales tántricos; y su beneficio para la salud sexual también se documentó entre las tribus germánicas, en la antigua China o en diversas comunidades africanas. A pesar de esto, la ciencia moderna todavía está en proceso de desentrañar cómo el cannabis y la sexualidad están efectivamente conectados.

Pero esta pregunta es complicada de responder debido a la falta de investigaciones extensas y detalladas, ya que la mayoría de los estudios existentes se basan en respuestas de encuestas, que pueden estar cargadas de sesgos y no necesariamente representar a la población en general, dificultando la formulación de conclusiones definitivas.

Aunque no está completamente claro cómo el cannabis potencia el deseo sexual, las evidencias anecdóticas indican que puede mejorar significativamente la experiencia sexual, en particular para las féminas. Y ahora es el momento de desmitificar lo que se sabe y lo que no acerca de la interacción entre el cannabis y las relaciones íntimas.

¿De qué formas afecta la marihuana al sexo?

El cannabis puede alterar la experiencia sexual de varias maneras significativas. Por un lado, se sabe que puede intensificar los vínculos emocionales y reducir las inhibiciones, lo cual facilita un ambiente más relajado y abierto para la intimidad. Esta reducción de la ansiedad y el fomento de un pensamiento creativo pueden ser especialmente beneficiosos en el sexo, donde el confort emocional juega un papel crucial.

Además, dado que existe una abundancia de receptores cannabinoides en la piel, el cannabis puede intensificar la cercanía física, aumentando la excitación y, consecuentemente, el placer y la satisfacción general. Y eso sin contar que la marihuana actúa como un vasodilatador, lo que mejora el flujo sanguíneo y la apertura de los capilares, incrementando así la sensibilidad en zonas erógenas.

En teoría, tiene sentido que la marihuana, gracias sus propiedades, tenga un impacto positivo en el sexo. El sistema endocannabinoide del cuerpo, que es crucial para regular la homeostasis, el equilibrio de nuestras funciones vitales, se activa a través de los cannabinoides. Y el circuito de recompensa de nuestro cerebro, responsable de los sentimientos de gratificación que asociamos con el sexo, está repleto de receptores cannabinoides. 

En el cerebro, por ejemplo, los receptores de cannabinoides están presentes en alta concentración en áreas que controlan la función sexual, como el hipotálamo, la corteza prefrontal, la amígdala y el hipocampo. Por tanto, los niveles de endocannabinoides en el cuerpo aumentan durante la excitación sexual y después de la autoestimulación, lo que sugiere un vínculo directo entre los sistemas endocannabinoide y sexual.

Hombres y mujeres, dos gajos de la misma naranja

La investigación también parece indicar que el cannabis afecta a hombres y mujeres de maneras diferentes, especialmente cuando el sexo es un factor determinante. Para los hombres, el consumo crónico de cannabis se ha asociado con disfunción eréctil y problemas para llegar al orgasmo o tener un orgasmo demasiado rápido, posiblemente debido a los efectos reductores de testosterona de la hierba, una hormona relacionada con los impulsos sexuales. 

Contrariamente, algunas investigaciones han conectado el uso de cannabis con orgasmos más prolongados y de mayor calidad en mujeres, señalando que aquellas que consumen cannabis con regularidad experimentan un mayor placer en la cama (o allí donde cada uno tenga a bien hacer el acto sexual).

Sin embargo, el cannabis también puede provocar sequedad en las membranas mucosas, incluyendo la vaginal, aunque este efecto es más comúnmente notado en la boca. Curiosamente, un estudio reciente encontró que muchas mujeres no experimentaban cambios significativos en la lubricación vaginal a pesar de este efecto. Además, el cannabidiol (CBD) se asocia con la relajación y la reducción del dolor, lo que podría ser beneficioso para mujeres que sufren de endometriosis o que experimentan dolor durante el coito.

Pero quitando esto, los estudios han demostrado que el cannabis puede incrementar la frecuencia de la actividad sexual, particularmente en dosis bajas, para hombres y mujeres por igual. Investigaciones publicadas en The Journal of Sexual Medicine destacaron que individuos que consumían cannabis reportaban tener un 20% más de actividad sexual que aquellos que no lo hacían.

La mayoría de los estudios disponibles sobre el tema están resumidos en una revisión de 2019 de Lynn et al. para la revista ‘Sexual Medicine Reviews’. Para su análisis, los investigadores revisaron 12 estudios en humanos y ocho estudios en animales publicados entre 1970 y 2019. Y los anteriores datos son solo algunas de sus conclusiones.

Cannabis y actividad sexual: el secreto está en la dosis

La investigación científica más reciente también ha demostrado que la dosis de cannabis es un factor determinante en cómo afecta la experiencia sexual. Dosis bajas tienden a mejorar la experiencia y receptividad sexual en mujeres, mientras que un consumo prolongado y en altas dosis puede inhibir significativamente el deseo sexual. Esto ilustra el efecto bimodal del cannabis, donde diferentes dosis pueden inducir respuestas completamente opuestas. Y si a esto le unimos que todos somos diferentes, hay que tener en cuenta que algo que funcione de maravilla para ti podría ser un fracaso para tu pareja. 

Por eso, la elección del tipo de cannabis, ya sea índica, sativa, o híbridos, y la dosis correcta son esenciales para garantizar una experiencia sexual positiva. Las cepas sativas, por ejemplo, son conocidas por sus efectos energizantes (al contrario que las índicas) que son más sedantes, lo cual puede ser ventajoso en situaciones que requieren resistencia y creatividad, aspectos importantes en las experiencias sexuales.

Pero míralo por el lado bueno, esta complejidad conlleva un beneficio asombroso: si no todo el cannabis afecta de la misma manera, puedes explorar diferentes tipos de cepas para encontrar tu compañera de cama perfecta. Algunos expertos recomiendan experimentar con una pequeña cantidad de variedades índicas, de variedades sativas y, por lo menos, un híbrido de ambas para ver qué funciona mejor.

La forma en que se consume el cannabis también puede alterar la experiencia: fumar o vaporizar puede tener efectos rápidos que duran varias horas, mientras que los comestibles, que tardan más en hacer efecto (entre 30 y 120 minutos) y cuyo impacto es más impredecible, quizás no sean la opción más adecuada para una experiencia compartida, sobre todo porque no se puede determinar cuando llegará el subidón.

En el mercado existen productos como tópicos, aceites de masaje, lubricantes de CBD y hasta supositorios que ofrecen beneficios adicionales, desde aumentar la excitación hasta facilitar orgasmos más rápidos y potentes. Y aunque la evidencia científica todavía es limitada en algunos casos, estos productos pueden ser especialmente útiles para mujeres que sufren de sequedad vaginal o están atravesando la menopausia.

En qué quedamos: ¿El cannabis es bueno o malo para el sexo?

Como puedes observar, la respuesta a si el cannabis hace que el sexo sea mejor se confunde con múltiples factores, convirtiéndose en un problema de cálculo con muchísimas variables. No existe una cepa correcta o incorrecta para el sexo, no hay una forma de dosificación determinada y no se sabe cuál es el mejor método de administración: todo dependerá de cómo responda tu cuerpo a tensiones específicas y al tipo de placer que estés buscando, así que es una cuestión básica de prueba y error; aunque el error a veces pueda tener consecuencias desagradables para una pareja, sobre todo cuando se acaba de conocer.

A medida que la investigación continúa desarrollándose y se realizan más estudios, la comprensión de cómo el cannabis puede beneficiar la salud sexual seguirá evolucionando. Pero si estás considerando incorporar el cannabis en tu vida sexual, ahora tienes más datos para hacerlo de manera informada y segura.